Dícese de los habitantes de las Pléyades de Tauro,
conjunto estelar al que también pertenece nuestro Sol. Son humanos altamente
evolucionados que vibran en amor y armonía (la más alta de todas las
vibraciones energéticas). Son muchos más altos que la mayoría de nosotros y se
les reconoce además por ser rubios de ojos azules. Debido a esto, también se
les llama “nórdicos” en alusión a los pueblos del norte de Europa que poseen
características físicas similares. En la Antigüedad se les consideró como
“ángeles”. Para protegerse de los Reptilianos formaron un conglomerado de razas
con naciones amigas llamado “Federación Galáctica”, organismo que toma las
grandes decisiones de la Vía Láctea. Una de sus preocupaciones es ayudar a
evolucionar espiritualmente a los humanos terrícolas.
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